El comienzo de todo...[]
Ryūhō desde que tiene memoria había estado junto a su abuelo y su hermana mayor, Angeline quienes siempre cuidaban de él, desde muy pequeño Ryūhō demostró ser muy inteligente para su edad. Aunque su inocencia no le permitía entender muchas cosas hacia lo que podía para no ser una “molestia” o un estorbo y ayudar en lo que él pudiera. Siempre curioseaba ya que le fascinaba aprender, le adoraba aprender sobre cualquier cosa. Pero un trágico día dos encapuchados llegaron a su aldea y empezaron a destruirla, el abuelo los escondió en su vieja casa algo chamuscada pero les servía de escondite a los niños
Ryūhō: An-nee-san, ¿qué ocurre porque nos ocultamos?
Angeline (en voz baja): Ryu-chan haz silencio o nos encontraran
Ryūhō (se abraza las rodillas): tengo miedo An-nee-san
Angeline (se asoma por la ventana): descuida yo te cuidare Ryu-chan
En eso se escucha un ruido extraño y ambos al levantar la mirada al techo notan como una viga de la casa quemada se había terminado de romper, Angeline al ver esto empuja a Ryūhō para ponerlo a salvo pero antes de que la viga cayera sobre ella su abuelo se interpuso entre la viga y ella, Angeline comprendió a pesar de ser una niña que su preciado abuelo debía sacrificarse solo para que ellos sobrevivieran, Angeline tomo a Ryūhō y se lo llevo lejos ninguno de los dos pudo soportar ver a su abuelo siendo aplastado por aquella viga.
Mientras ambos huían Ryūhō pudo notar que uno de los encapuchados tenía una extraña marca en su rostro, Ryūhō tenía una muy buena memoria así que pudo guardar esa marca en su mente así como los sentimientos que tubo ese mismo día, se prometió que algún día encontraría a ese encapuchado y lo haría pagar por la muerte de su abuelo.
Angeline dejo a Ryūhō en un granero mientras ella iba a buscar algo, Ryūhō no pudo quedarse quieto por mucho tiempo y salió en búsqueda de comida, estuvo vagando por un rato pero no logro encontrar nada, hasta que se encontró con una cabaña abandonada al entrar empezó a revisar y no encontró nada que le sirviera, pero mientras revisaba encontró un collar con una gema rojiza muy clara, el niño no pudo sentirse intrigado por aquella gema decidió conservarla pero en secreto, luego de eso regreso al granero a esperar a su hermana. Cuando llego Ryūhō noto que estaba un poco agitada pero decidió no decir nada.
Unos meses luego de que se fueran de su aldea, su hermana le había dado toda la comida a el pero aun asi no fue suficiente
Ryūhō: An-nee-san… ¿Qué vamos a hacer…?
Angeline: Ya se me ocurrirá algo… (Le sonríe y le acaricia la cabeza) Tranquilo, ¿Si, Ryu-chan?
Ambos vagaban en una pradera solitaria. Los recursos se habían agotado y ambos llevaban días sin comer… Dentro de una pequeña cueva entre rocas decidieron pasar la noche. Angeline había encontrado bayas y Ryūhō algunas raíces comestibles, no era un banquete, pero al menos sobrevivirían un tiempo más.
Ryūhō: An-nee-san… Cuando me dejaste en el granero… ¿A dónde fuiste?
Hubo un silencio momentáneo, Ryūhō comprendió que ocurrió algo solo que prefirió dejarlo pasar por esa vez
Angeline: ¿Mm? Bueno…
Angeline: Mmm… (Le sonríe) Nee-san fue por esto.
Ryūhō miro algo sorprendido aquello por lo que Angeline había regresado: El peluche mezclado entre un gato y un conejo o al menos parte de él.
Ryūhō: ¿Una cabeza de peluche?
Angeline: Yep… Lo había hecho para ti también, para que cuando algunos de los dos se sintiera mal durmiera con el… (Mira al peluche) Había olvidado que lo traía…
yūhō: Pero An-nee-san, si habías vuelto por él.
Angeline: E-E-Ehh… P-P-Pues veras… ¡¡Nee-san tiene memoria de pez!!
Ryūhō: (Parpadea un par de veces) ¿Memoria de… pez?
Angeline: ¡¡Calla y come tu comida!!.
Luego de meses ambos escucharon una proposición.
Angeline: ¿Sky… Seraph…?
Mientras habían partido por más escasa comida, Angeline y Ryūhō se encuentran con una mujer. Una mujer extraña de anteojos rojos. Se presentó a sí misma como Rigel, maestra del Gremio mágico Sky Seraph.
Rigel: Quiero que ustedes dos vengan a mi gremio
Angeline: ¿Y nosotros que ganamos, vieja?
Rigel: (Vena en la frente) Voy a ignorar eso…
Ryūhō: ¡An-nee-san!
Angeline: ¿Y? ¿Qué ganamos nosotros por ir contigo…?
Rigel: Un techo y comida. Un lugar donde vivir…
Angeline: ¿Por qué nosotros…?
Rigel: Había oído rumores de un par de niños que vagaban sin rumbo fijo… Y todos necesitamos un rumbo. Además… ¿No quieres ser más fuerte…?
Ryūhō (pensando): Yo quiero ser mucho más fuerte, para cuidar a mi hermana y hacer pagar a quien nos hizo pasar por esto…. Jii-chan, si me escucharas me regañarías pero si no lo hago no podre sentirme mejor
Ryūhō: Rigel-san, ¿a qué te refieres con volvernos más fuertes?
Rigel: Eres muy curioso pequeño, pues si se unen les enseñare a usar magia
Ryūhō: ¿Ma..gia?
Esa palabra retumbo en todo el ser de Ryūhō, había escuchado ya con anterioridad esa palabra e incluso había oído historias de grandes magos realizando grandes hazañas, pero Ryūhō tenía otra razón por la cual la palabra le afectara y era que los encapuchados que destruyeron su aldea eran magos y lo sabía porque había escuchado cuando gritaban que ellos usaban magia. Se quedó callado un momento causando así preocupación por parte de su hermana y de la mujer de anteojos pero rápidamente volvió y miro a Rigel.
Ryūhō: Rigel-san, llévenos con usted por favor.
Angeline (se quedo mirando a Ryūhō): Ryu-chan…
Ryūhō (abraza a su hermana): vamos An-nee-san puede que logremos encontrar un nuevo lugar al cual llamar hogar
Angeline: Ryu-chan… Esta bien…
Ryūhō (sonrie): gracias, An-nee-san
Rigel: Bien, decidido
Desde ese dia ambos formaron a ser parte de una nueva familia junto a Rigel y a los otros miembros de Sky Seraph y empezaron a instruirse en la magia, volviendose ambo magos poderosos